Con el uso cada vez más extendido de las válvulas TAVI, surgen situaciones en las que los pacientes en los que se plantea su uso ya tienen implantada una válvula aórtica mediante cirugía previa. Esta situación se denomina “disfunción valvular protésica”.
Ante la pregunta que nos ocupa (implante de TAVI en paciente portador de una prótesis valvular aórtica) es necesario recordar que hay dos grandes tipos de válvulas artificiales (ver “Válvulas biológicas y válvulas mecánicas”). Dependiendo del tipo de prótesis que tenga el paciente, la respuesta es muy diferente.
Como vimos en el artículo donde describíamos las diferencias (ventajas e inconvenientes) de cada tipo de válvulas, las biológicas tienen como principal ventaja que no requieren anticoagulación, pero tienen una vida útil menor que las mecánicas.
Así, las válvulas biológicas, con los años, pueden presentar daños estructurales que obliguen a una nueva intervención. Afortunadamente, la durabilidad de este tipo de prótesis es cada vez mayor y, en la mayoría de las ocasiones, es mayor que la vida del propio paciente, por lo que esta situación no llega a presentarse en todos los casos.

Valve in Valve
La buena noticia, respecto a este tipo de válvulas es que a un paciente portador de una válvula aórtica biológica se puede implantar, en su interior, una válvula TAVI. Es lo que se conoce como procedimiento “Valve in Valve”.
Las válvulas mecánicas, por su parte, no sufren desgaste, por lo que su disfunción es menor frecuente, pero no imposible, ya que pueden presentar otros problemas, como infección, trombosis (formación de coágulos), dehiscencia (problemas de anclaje de la prótesis en el anillo valvular), etc.
Así, la necesidad de un recambio valvular en un paciente con prótesis valvular mecánica aórtica es menos frecuente pero, por la propia arquitectura de las válvulas mecánicas, no es posible el implante de una válvula TAVI en estos pacientes, por lo que deberían ser sometidos a cirugía abierta.